¿Existe el Tiempo?
¿Existe el
tiempo?
Por. Milton Alonso Granados.
Evangelio Eterno del Principio y Fin de los Siglos.
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Los
círculos de la vida.
Se dice que los
indios a menudo representaban el tiempo y la vida a través de círculos. Para
ellos la vida no era tiempo, sino ciclos de vida repetitivos que rotaban
constantemente.
La luna
cambiaba según sus faces completando un ciclo que giraba continuamente sin
llegar alguna vez a su fin.
Del mismo modo el tiempo de cacería y de cosecha
iba y venía, de modo que el tiempo o las fechas no eran un factor determinante -como
lo es el día de hoy- en su manera de pensar o de vivir.
Cuando estructuramos
nuestra mente a vivir según el tiempo, entonces seremos gobernados según las
normas, principios y expectativas propias de él. Por lo general la regla o medida del tiempo
nos afecta positiva o negativamente según la prontitud de los resultados que
obtengamos sean estos negativos o positivos.
Siendo que el tiempo y las
emociones se entrelazan no es de extrañar que cuando las cosas salen bien “el
tiempo vuele o pareciera pasar extremadamente rápido.” Caso contrario cuando
las cosas salen mal según la línea de tiempo y nuestras expectativas dentro de
él “el tiempo pareciera detenerse y volverse eterno.”
La verdad es
que los resultados que obtenemos no son necesariamente producto inmediato de
nuestras acciones presentes, sino por el contrario todo aquello que vivimos hoy
es el resultado acumulado de acciones llevadas a cabo en una línea continua que
viene desde la eternidad, pasando por Adán, nuestros padres y desde de nuestro
nacimiento hasta el día de hoy.
Unidad
del presente, pasado y futuro.
Lo que hoy vivimos, es solo lo que ya sucedió,
existe un retraso considerable entre lo que sucede en tiempo real y el momento
en que nuestro cerebro lo procesa. Esta es una medida de protección o filtro
que nuestro cerebro tiene con el fin de procesar la información de una manera
segura y controlada.
Las imágenes que vemos y las letras que leemos han llegado
a ser una realidad 80 milisegundos después de que sucedieron. En otras
palabras, nos alimentamos de un constante pasado que viene a ser nuestro
presente real.
De la misma
manera nuestro presente real es procesado por nuestro cerebro como un futuro
inmediato, por lo que podríamos decir que somo seres creado para vivir en una
constante línea horizontal que se alimenta tanto del pasado como del presente y
también futuro.
Eclesiastés
3.15Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que
pasó.
Nuestra vida y
la luz que nos rodea no es algo determinado por la buena o la mala suerte,
tampoco es el resultado de los últimos meses o las últimas 24 horas. Lo que hoy
vivimos es la vida continua e ininterrumpida que suma todas las acciones en una
sola atmosfera o gravedad que se impone o dirige nuestras acciones. O, caso
contrario, somos nosotros quienes por encontrar la eternidad nos imponemos
sobre el tiempo y las circunstancias moldeando así nuestra “línea de tiempo
continuo o eternidad.”
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La
gloria de la Unidad divina.
1 Corintios 3. 22sea
Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo
presente, sea lo por venir, todo es vuestro, 23y vosotros de Cristo,
y Cristo de Dios.
Según la
palabra Cristo es la fuente de sabiduría y de poder divino que siendo Dios lo
llena todo. Al ser el creyente integrado dentro de ese cuerpo glorioso de luz e
inteligencia divino venimos a ser parte consciente de aquel que es a través de
“los tiempos” la cabeza o gestor de la creación divina y de todas las cosas que
subsisten en El.
Según la
escritura fuimos crucificados, sepultados y resucitados con Jesucristo, razón
por la que tendría sentido entender que también estuvimos con él en su creación
o cuando el libro de la vida y de las obras fue escrito y abierto.
Ser participe
de Cristo es ser partícipes de la línea horizontal eterna en la que el tiempo ha
dejado de ser.
Juan
17. 21para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también
ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22La
gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos
uno. 23Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad.
Es solo hasta
cuando alcanzamos esta perfecta unidad que entendemos el concepto de la
eternidad.
Por ejemplo,
alguien tratando de explicar en términos sencillos la idea de unidad y vida en
el universo dijo: “para hacer un pastel necesitamos de todo el universo,” en
otras palabras para hacer un pastel necesitamos del material que ha preservado
y ha estado presente formado parte de este universo desde el día en que fue
creado.
También alguien
dijo que: “el día en que el más pequeño de los organismos vivos se destruya,
ese día seria destruido todo el universo.” Queriendo decir con esto que la
materia no puede ser destruida, solo se transforma.
En otras
palabras, el tiempo y la muerte son términos relativos y opuestos a la vida y
la eternidad.
La verdad es
que vivimos en un eterno presente que por causa de nuestra humanidad el hombre
a dividido en tiempos, alejándose así de las realidades eternas y poniendo en
su lugar todo aquello que es pasajero y temporal.
Eclesiastés
3. 11Todo lo
hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin
que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio
hasta el fin.
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En
Adán todos fuimos unidos en carne, En Cristo todos somos unidos en un solo espíritu.
Es solo hasta
que experimentamos nuestra unidad con Cristo y con todo que es sustentado por
Él que entenderemos la forma en que todos nosotros hemos llegado a ser una sola
masa o materia espiritual por medio de Él.
No es difícil
entender ahora como el espíritu de Elías se manifestó en Juan, o como “el
espíritu de Moisés fue multiplicado” al reposar sobre cada uno de los 70
ancianos. De igual manera, así como el espíritu del anticristo se ha
manifestado en muchos hasta el día de hoy también el Espíritu de Cristo habita
en cada uno de nosotros unificando como su gran cuerpo o casa celestial.
Es importante
entender que si somos una nueva creación o criatura EN Cristo y si nuestra vida
“esta escondida con Cristo en Dios” entonces literalmente estamos donde El
esta.
Estamos en la tierra y también en la gloria de sus lugares celestiales.
En conclusión,
en esta gloria divina estamos todos unidos en esta línea del presente eterno
continuo. El tiempo y la distancia como barreras han sido quitadas por su poder
y a través de su renovación hoy entendemos que en la unidad divina como un todo
somos uno solo, por tanto, unidos con Abraham, con Moisés, el apóstol Pablo, con
todos sus ángeles, con los santos que partieron y los que aun cumplimos
propósito en esta tierra.
Hebreos 12.22sino que os habéis
acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a
la compañía de muchos millares de ángeles, 23a la congregación de
los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a
los espíritus de los justos hechos perfectos.
Muy bueno el estudio. Felicidades
ResponderEliminarGracias amado, cualquier aporte sobre el tema será bienvenido. Estoy seguro que esta información se puede ampliar y mejorar.
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