El Divino Conocimiento del Bien y del Mal
Por. Milton Alonso Granados
Ministerio del Evangelio Eterno del Principio y Fin de los Siglos.
El Divino Conocimiento de la Ciencia del Bien y del Mal.
¡Creados a imagen y
semejanza de Dios!
Génesis 1. 26Entonces dijo Dios: Hagamos al
hombre a NUESTRA IMAGEN, conforme a NUESTRA SEMEJANZA. 31Y
vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era BUENO EN GRAN MANERA.
En el propósito
original creativo, el Señor se había empeñado en mejorar aquello que ya era
bueno. ¿podría Dios y su poder hacer mejor aquello que ya era bueno?
Recordemos que
toda la creación divina fue hecha con la habilidad de responder de manera
perfecta y hasta cierto punto automatizada a la voz y los comandos de su Señor.
Hasta este punto
la justicia divina estaba completamente satisfecha, pero Dios sabiendo que el hombre necesitaba entender su gran amor y beneficiarse
de su comunión y amistad decide poner el sello de perfección sobre toda su
hermosa creación.
Para lograr esto
el hombre debía ser sometido a un proceso de perfección mediante el cual sería
capaz de adquirir el conocimiento para diferenciar o separar el bien del mal.
Es así como nuestro
Señor en su propósito eterno y en amor decide materializar o fotocopiar toda su
creación, el Edén y al hombre con él.
Génesis 2. 8Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al
hombre que había formado.
Hebreos 11.3Por la fe entendemos …que lo que se ve fue hecho de
lo que no se veía.
En este estado el
hombre terrenal es considerado un poco menor o inferior a los ángeles. (Salmos 8:4-6). Sin embargo,
dentro del plan divino o evangelio eterno habría detalles no revelados hasta
entonces que todo el cuerpo celestial anhelaría mirar o conocer. (1 Pedro 1:12).
Para lograr
satisfacer su justicia y amor en busca de la plenitud y perfección del hombre, tanto el Creador como su creación habrían de experimentar una simbiosis en la
que ambos habrían de compartir todas las cosas como una sola unidad.
Es precisamente
aquí en que se nos revela a un creador que siendo el Padre nace como el hijo o árbol
de vida dentro de su nueva creación material.
Isaías
9. 6Porque un niño
nos es nacido, hijo nos es dado …y se llamará su
nombre …Dios Fuerte, Padre Eterno.
No es difícil
notar como en adelante la dimensión eterna habría de dar a luz o producir una dimensión
temporal o material en donde las leyes divinas habrían de ser manifiestas en
una doble polaridad.
· El papel de la serpiente en la creación.
Génesis
3. 1Pero la serpiente era astuta…
4Entonces la serpiente dijo a la mujer… 5…sabe Dios que el día
que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis COMO Dios, sabiendo el bien y el mal.
Recordemos que dentro del propósito eterno Dios había determinado hacer al
hombre a su misma imagen y semejanza, por lo que para hacer esto, el hombre debería de ser partícipe de los mismos
atributos contenidos en la imagen y semejanza pertenecientes a su divina naturaleza.
Dotar a su creación con su misma imagen y
semejanza implicaba participarle también del entendimiento o
conocimiento para poder diferenciar entre el bien y el mal, lo que es bueno y
lo que no lo es.
Lograr semejante objetivo por
el bien y perfeccionamiento del hombre no quedaría absuelto de sacrificio y
consecuencias. Es por esta razón que en el proceso divino del cumplimiento de su divino
propósito un
cordero debió ser preparado
desde antes de la fundación o materialización del mundo espiritual (1 Pedro 1:20).
En adelante, tanto el Padre
como creador y el Hijo -siendo la manifestación de sí mismo dentro de la creación- habrían de sufrir “en carne propia” todo y cada uno de los
detalles pertenecientes a la raza humana y el drama que estaba a punto de ser manifiesto.
Entonces para lograr su objetivo nuestro Señor debió de:
1- Plantar o materializar al hombre y al Edén. Génesis 2:8
2-Hacer nacer o brotar con su poder dos árboles muy especiales. Génesis 2:9
3-Poner una serpiente que fuera lo suficiente astuta para cumplir su propósito.
Génesis 3:1
Final e irónicamente cuando el hombre pareciera estar más lejos es cuando
más cerca del propósito divino está. El propósito divino de crear al hombre según
los atributos y el conocimiento perteneciente a su misma imagen y semejanza se
encuentra a un paso de ser logrado.
Génesis 3. 22Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal. *Creados a su imagen y semejanza. (Génesis 1:26; 3:1)
Hasta este entonces, el entendimiento
para clasificar o determinar algo como bueno o malo era exclusivo del creador.
Pero ahora el hombre en su proceso de creación a imagen y semejanza
divina también había adquirido la habilidad de
diferenciar entre el bien y el mal.
Ahora todo aquel que ha creído se adelanta el proceso evolutivo
o de transformación en el que después de haber participado en
carne del primer Adán somos hechos participes de la transformación final en donde somos
hechos uno conocimiento, sabiduría, imagen y semejanza con
el Señor.
1
Corintios 15. 45Así también está escrito: Fue hecho el primer
hombre Adán alma viviente; EL POSTRER
ADAN, espíritu vivificante. 47El primer hombre es de la tierra, terrenal; EL SEGUNDO
HOMBRE, que ES EL SEÑOR, es del cielo. 48Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 49Y así como hemos traído (o vestido) la imagen del terrenal, traeremos (o vestiremos) también la imagen del celestial.
Es aquí donde la muerte o separación de nuestro cuerpo
terrenal entra a jugar un papel catalizador por medio del cual toda la creación parte de su estado
temporal llevando consigo un alma o humanidad por medio de la cual conservará eternamente el nuevo significado
del amor y la amistad.
- Las dos serpientes. (Una debe matar para que la otra pueda vivificar).
En Números capítulo
21 del verso 6 al 9 leemos de como la serpiente cumplió con dos propósitos. Por
un lado, era sinónimo de miedo y terror puesto que arrastrándose esta mordía y
mataba a todo aquel que alcanzaba. Pero, por otro lado, fue la figura de la serpiente
que una vez levantada llevaba vida y salvación a todo aquel que la miraba.
Juan
3. 14Y como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
Hasta donde
todos comprendemos la serpiente representa el engaño, ¿O quizá fue el fruto
agradable a la vista? ¿Fue la serpiente la que movió la mano divina y echó a
perder toda su creación, o quizá, esta solo fue parte de un gran propósito?
Juan 17.22La gloria que me diste, (24antes de la fundación del mundo) yo les he dado, para que sean uno,
así como nosotros somos uno. 23Yo en ellos, y tú en mí, para que
sean perfectos en unidad.
Para leer: "Un Cuerpo, muchas vidas y una eternidad"
Así es por eso una cosa es la verdad de su palabra o te cosa es saber interpretarla al modo de Dios. Y eso siempre fue así desde la creación, una es la palabra escrita la que tenemos hoy , otra es la palabra hablada de la que el primero hombre re tibio.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, necesitamos todos entender que la palabra divina es pronunciada desde el cielo y llega hasta nuestros corazones; es por tanto -su palabra mucho más alta y más sublime que toda la letra contenida dentro de muchos libros.
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