El Lenguaje de dos Siglos y la Resurrección. Parte N.3
El lenguaje de dos siglos y la resurrección.
Por Milton Alonso Granados
Ministerio de la Eternidad, Principio y Fin de los Siglos.
Sin duda que desde el ámbito eterno de un Dios que no está limitado por lo pasajero de lo temporal podemos decir que puesto que por haber muerto con él; ya no morimos, tan solo dormiremos (1 Corintios 15:51), por lo que con toda seguridad podemos afirmar que nuestra resurrección a realmente ¡tomado lugar! Después de todo resurrección significa: Reaparición o restauración para funcionar en una nueva forma. Nuevo comentario Bíblico. Pg.795. ¿Acaso no nos levantó Dios de entre los muertos para funcionar en una nueva forma o estilo de vida? ¿O qué es más importante la ruptura del cascarón o la vida que ya hay dentro de él? De seguro que la vida que existe dentro de él, por lo que la ruptura del cascarón es cuestión de tiempo. ¡Pero la vida ya está ahí! (2 Corintios 5:1-4; Filipenses 3:21). De no pensar así: Yo le diría con el mayor de los respetos que, aunque vives, tienes todavía que ser despertado por el anhelo de experimentar a Cristo en el poder de su resurrección.
. Efesios 5:14; Filipenses 3:10; 2 Corintios 4:10.
La clave está en conocer el poder de la obra sustitutiva y vicaria que Jesucristo realizó por cada uno de sus hijos. Por todos es conocido que la paga del pecado es muerte, que la condenación dictada como castigo eterno fue el infierno, que el hombre no puede ser libre de la ley o ministerio de muerte mientras viva (Romanos 7:1; 2 Corintios 3:7) etc.
Nosotros debíamos morir, él murió. Romanos 6:23.
Nosotros deberíamos de haber experimentado el infierno, él lo visitó.
. Marcos 9:42-49; Efesios 4:9; 1 Pedro 4:6; Mateo 12:40.
Nosotros teníamos que cumplir la ley, él la cumplió. Romanos 7:4; 10:4.
Pero Cristo no solo nos quitó la culpa al justificarnos; sino que por su gracia nos entregó todo cuanto en su triunfo logró. Por lo que de seguro si usted tomó su cruz (Mateo 10:38) y siguió sus pasos (1 Pedro 2:21) ya habrá de haber participado tanto de su bautismo o muerte (Marcos 10:38,39) como de su resurrección. ¡Si pues habéis resucitado con Cristo! Colosenses 3:1.
Y resalto “si pues” ya que a mi entender tenemos por ahí a más de uno, que, aunque con cierto renombre y reputación; Por no considerarse muertos al pecado (1 Pedro 2: 24) permanecen todavía sin bautizar. Por lo que todavía siguen sin participar del cordero pascual (1 Corintios 5:8) y de la verdadera “Santa Cena” contenida en la participación de su carne y su sangre (San Juan 6:50-58) representada en el bautismo.
Retomando nuestro camino tras las pisadas del Salvador diré que con Cristo fuimos a la cruz donde fuimos crucificados, muertos, sepultados y resucitados (Romanos 6:2,4,6,11). Quizá usted dirá ¿Pero ¿cuándo? Cuando él lo hizo usted lo hizo en él. ¿Acaso no somos miembros de su cuerpo? E ahí el misterio revelado en la pequeña pero poderosa frase “con él”. Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios. Colosenses 2:12.
El lenguaje de dos siglos y la resurrección.
Con Él – La clave para resurrección.
Y es que todo se trata de una *semejanza o representación en donde Cristo tomó nuestro lugar por lo que Dios le vio a usted en él y por haber sido hechos uno con Cristo (1 Corintios 6:17), también Dios ve a Cristo en usted (San Juan 17:21,23; Filemón v.6). Para Dios usted realmente fue a la cruz; Pues él lo considera a usted tanto muerto como resucitado. Por cierto, que no está de más recalcar que esta verdad por ser eterna y espiritual no se puede entender sino se hace con la mente de Cristo activada en nosotros. 1 Corintios 2:13,14,16.
Porque somos sepultados juntamente con él para muerte . . a fin de que como Cristo resucitó de los muertos. . así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la *semejanza de su resurrección. . sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere. . así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos (o resucitados) para Dios en Cristo Jesús. Romanos 6:4,5,9,11. *Igual comportamiento entre dos objetos distintos.
Según podemos ver, la escritura nos reafirma lo que ya hemos dicho; y es que con Cristo hemos sido plantados o sepultados. Razón por lo que este mismo principio es válido y aplicable para poder caminar en vida (después de estar muertos) por la semejanza que tenemos de su resurrección. Es sobre la base de esta semejanza que nuestra resurrección ha tenido lugar, puesto que el hecho de haber sido resucitados con él no es más que el resultado de la soberana decisión de un Dios que al vernos en su hijo; no solamente ha dado por satisfecha su justicia, sino que también nos ha colmado del honor que corresponde a lo conquistado por él.
¿Podría usted considerarse muerto al pecado? Recuerde que esto es parte del proceso a seguir o sea hay que sembrar (no estamos hablando de dinero), usted debe sepultarse en fe con Cristo para que pueda andar en vida nueva. ¿Recuerda usted que carne y sangre no heredan el reino de Dios? ¿Recuerda usted que el reino está entre nosotros y nosotros en él? Quizá usted no lo esté experimentando. ¿Será que ha querido experimentarlo en la carne? O sea, es posible que usted haya querido traerse el muerto con usted (Gálatas 5:24). ¿O no está muerto? En cualquier caso, eso dependerá de la fe que usted tenga en el poder de Dios.
Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos. . la cuál opero en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales. Efesios 1:19,20.
Para poder experimentar el poder de su resurrección, hay que experimentar el poder de mi resurrección que a resumidas cuentas es lo mismo.
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Con Él – La clave para resurrección.
. a fin de conocerle, sentir en mí el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, haciéndome semejante a él en su muerte, *a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos. No que lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar (Nos resucitará 2 Cts. 4:14) aquello para lo cual también fui alcanzado (Nos resucitó Ef. 2:5) por Cristo Jesús. Filipenses 3:10-12. (*Los dos párrafos en letra cursiva tomados de la versión Dios habla hoy).
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