La Gracia Divina. Lección N.3
Principios Básicos
Bíblicos de la Gracia Divina.
Por Milton A
Granados
Ministerio
del Evangelio Eterno del Fin de los Siglos.
LA
JUSTICIA DE DIOS DEBIA SER SATISFECHA.
La consecuencia del pecado y la transgresión solo podía
ser satisfecha por la muerte del pecado y por ende del pecador.
El creyente al ser unificado con Dios por el Espíritu (I Corintios 6:17) es considerado en adelante casa de Dios y miembro vivo del cuerpo de Cristo.
El creyente al ser unificado con Dios por el Espíritu (I Corintios 6:17) es considerado en adelante casa de Dios y miembro vivo del cuerpo de Cristo.
Como miembro de este cuerpo Divino Celestial ahora participa
de la redención y del sacrificio vicario en el que fuimos a los ojos de Dios literalmente
(lenguaje eterno) muertos y resucitados con Él.
De modo que hemos recibido el castigo justo por nuestros
pecados que es la muerte. Hemos muerto, pero también hemos sido resucitados por
su poder. Su Justicia y su Gracia, el fuego y el amor divino han sido completamente
satisfechos.
2 Corintios 5. 21Al que no conoció pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Toda la pureza, toda la santidad y toda la justicia de
Dios, se nos ha sido adjudicada al haber sido “hechos justicia de Dios”.
No se nos dio
la justicia de Abraham o Moisés, tampoco la de Elías; fue la justicia de Dios
con la que hemos sido cubiertos en Jesucristo.
Nótese, que no fue meramente una declaración o decir,
la palabra no dice que fuimos meramente declarados; la escritura dice
claramente que FUIMOS HECHOS JUSTICIA
de Dios por Cristo. ¿Qué tan justo cree usted ser?
Si la justicia de Dios es perfecta ¡y lo es!, esa y no menos; es la
clase de justicia con que hemos sido cubiertos. ¿Y
por qué no decirlo? Esa y no otra, debería de ser la justicia que como pueblo
de Dios tendríamos que vernos los unos a los otros. 2 Corintios 5:16; Colosenses 1:28.
....por cuanto derramó su vida hasta la muerte. Isaías 53:12.
Qué bueno es
saber que Dios me ama tanto como a su Hijo; ¿Y cómo no? Siendo que: ¡Él ve la vida de su Hijo derramada en mí!
¡Como si esto
fuera poco! Nuestro Dios no solo nos mira limpios y puros en su justicia; sino
que por Jesucristo ¡le somos grato olor a Él!
2 Corintios 2. 15Porque
para Dios somos grato olor de Cristo.
Podemos entonces hoy - ¡Y no mañana!
- descansar en la seguridad de la justicia de Dios entregada por medio
del perdón recibido en Cristo Jesús. En otras
palabras -al recibir SU justicia- hoy somos tan limpios, tan puros y
justos como Dios lo es. Pues es SU justicia ¡y no otra!, es la que se nos ha
sido dada. 2 Corintios 5:21.
Y si usted cree
que es muy fácil, ¡como para ser cierto!; piense en el alto precio que debió
pagar Cristo para lograrlo.
Isaías 53. 5Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo
de nuestra paz fue sobre él.
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