El Matrimonio VERDADERAMENTE Unido por Dios Parte N.1
Tres pasos hacia el matrimonio divinamente unido.
Por.Milton Alonso Granados.
Ministerio del Evangelio Eterno del Principio y Fin de los Siglos. AP. 14.6
Por tanto, 1)-dejará el hombre a su padre y a su madre, 2)-y se unirá a su mujer, 3)-y serán una sola carne. Génesis 2:24.
1) Dejará = Acto público que manifiesta una de las prioridades
de quién contrae matrimonio. Después de la caída podría entenderse también como
el abandono de los patrones negativos que se podrían haber recibido durante el
periodo de crianza y tal como Abram salió de su casa dejando la idolatría de
sus padres (Josué 24:2,3) para establecer una
nueva y duradera relación con su Señor, del mismo modo quién pretende
establecer su matrimonio deberá estar dispuesto a renunciar a todo aquello que
no encaje a fin de buscar la unificación
total.
2) Y se unirá = Encierra la idea
de ...permanencia. Biblia
Plenitud.
Solo hasta que Cristo es el eje central del matrimonio, habrá garantía
de una unidad total, esto es: De cuerpo,
alma, y de espíritu; dándose en este último, la plenitud de la culminación o
total aplicación del sello irrompible del cielo, siendo Dios el medio
unificador de esta completa, y nueva creación (Así
que no son ya más dos, sino una sola carne).
· El plan de Dios para
el matrimonio consta de la unión de un hombre y una mujer que se
convierten en “una sola carne” (unidos física y espiritualmente).
· Para que el
matrimonio establecido por Dios sea consumado deberá estar excluido el adulterio, la poligamia,
la homosexualidad, la vida inmoral, y el divorcio no bíblico.
· La fidelidad
matrimonial es esencial para la relación bíblica de unión, de aquí que donde
no existe la fidelidad tampoco PUEDE haber una genuina unión o vínculo
permanente desde donde “una sola carne, sea creada, de lo que antes era dos”.
Cuando este vínculo permanente, y
por tanto irrompible por factores externos; ¡es comparable a la unidad
del creyente con Cristo! (1 Corintios
6:17)
En adelante, no existirá factor alguno que corte o separe esta relación; los
apóstoles podían divisar solamente victoria para quienes hemos sido unidos a
Cristo por el poder de Dios (Romanos
8:28,39). Lo mismo se puede aplicar al matrimonio unido divinamente
por Dios.
Es
posible, que en este grupo de personas pensó Jesús cuando expresó nuevamente el
texto de Génesis 2:24, añadiéndole esta vez: Así que no son ya más dos, sino
una sola carne; por tanto lo
que Dios juntó, no lo separe el hombre (Mateo 19:6).
Por esta razón y como mandato del Señor, el apóstol Pablo escribe a
los Cristianos de Corinto: Pero a los que están UNIDOS en matrimonio,
mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer NO se separe del marido; y si se
separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no
abandone a su mujer. 1 Corintios 7:10,11.
Totalmente contrario es el caso,
donde una creyente, vive con un no creyente el cuál tropezando en la fe
cristiana, decide separarse de su mujer. A ella recomienda el apóstol: Si él se
separa “sepárese o divórciese” pues no está bajo compromiso de casamiento en
semejante caso. Este es uno, de los muchos casos de matrimonios que cuentan
solamente con los pasos 1y3, habiendo pasado por alto lo más importante que es
la consumación de la unidad que es el sello final de permanencia divina. 1 Corintios 7:13-15.
Personalmente pienso que “Y se
unirá” (paso 2) es la parte que menos se conoce del proceso de matrimonio, y
muchos de los que se casan nunca han estado verdaderamente unidos; (o
al menos, no han experimentado el poder de la unidad o nueva creación “en donde
dos personas son transformadas en una”) ya que se han dejado
arrastrar, principalmente por sentimientos; y por otras muchas malas
decisiones ¡que en el proceso nunca tomaron en cuenta la voluntad, y el poder
de la unidad divina! En otras palabras, es una relación que por no haber
sido “creada” o vivificada por Dios en una sola carne, tarde o temprano
culminará, -a no ser que se le permita a Dios intervenir- en un muy doloroso
fracaso.
Esta
realidad, lamentablemente encuentra su apoyado en las cifras alarmantes de
divorcios que a diario se registran en todo el mundo, sin tomar en cuanta
muchos otros que ya se han dado de hecho (con separación de cuerpos)
aunque todavía no en forma legal.
Para ver parte N.2: "El Matrimonio que NO ES de Dios"
Para ver parte N.2: "El Matrimonio que NO ES de Dios"
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