Entrando al día perfecto. N1.
El plan de Dios para la felicidad del hombre.
Prefacio o preámbulo.
El Gran Vacío del Hombre.
Abundantes son los
métodos que el hombre ha sabido utilizar en su lucha por escapar del afán y la ansiedad
producida por las diferentes circunstancias de esta vida. Sin duda que la forma
en que enfrentemos las preocupaciones, y nuestra capacidad de triunfar sobre
ellas determinará la condición de nuestra salud física y emocional. Oradores
especiales, conferencistas, expertos en motivación, mensajes de
positivismo y de prosperidad, son solo parte del variado menú con el que
intentamos escapar o al menos ignorar los males que aquejan nuestro mundo y,
por ende, nuestra vida diaria. Y qué decir de otras formas de
distracción como la televisión, video juegos, redes sociales, e innumerables
otras formas de entretenimiento con que nos “desconectamos” de aquello que
muchas veces ha dejado de ser un obstáculo para volverse en una difícil, y
hasta muy complicada realidad. No hace
falta más que dar un vistazo al mundo de hoy para darnos cuenta, que como
producto de las diferentes presiones a las que está sometido el hombre y la
mujer de hoy, hemos llegado a ser una sociedad que se asfixia en medio de la
confusión y el desconsuelo, que como poderoso remolino envuelve a cada una de
sus víctimas en una espiral
interminable en donde el dolor produce más dolor; siendo este un efecto
“dominó,” de una magnitud más
devastadora que la
destrucción causada por cualquier huracán o terremoto ocurrido en la historia de la humanidad.
Hoy,
más que nunca han aumentado los suicidios en personas de todas las edades, pero
mayormente entre jóvenes que al no estar preparados se ven sorprendidos y en su
impotencia renuncian tempranamente a lo que pudo ser una vida hermosa y llena
de bendición. Quizá se sorprendería usted al utilizar en el buscador de
Internet la frase ¿cuál es la mejor forma
de morir.? Ángel de la muerte, es el sobrenombre utilizado por un joven que decía
ser maltratado física y psicológicamente a diario por sus padres alcohólicos y en
la escuela; la razón de
esto, su
preferencia sexual. Después de aclarar esta situación explicaba como las múltiples
drogas medicadas y no medicadas habían empeorado su gran tristeza y profunda
depresión. Todo su interés al publicar su intención de suicidarse fue encontrar
en algún lugar una respuesta que le ayudara a vencer su profunda angustia y ser
feliz. El tiempo pasó, y la luz de Ángel
se extinguió envuelta en la oscuridad de la desesperanza y el resentimiento a
un mundo al que no pudo comprender. El mensaje de internet decía: este usurario
borró su perfil o no existe. Así como este joven, demasiados son
los que a diario toman la temprana e
irreversiblemente “puerta de salida;” solo para reencontrarse en la eternidad con
la continuación de una nueva, y entrelazada versión de aumentada de lo fue
nuestra realidad en este espacio de tiempo. Razón por la que debemos entender
que la puerta de salida y la conquista del éxito se encuentra ¡en nuestra dimensión
y no en el más allá!
Ahora,
es fácil cantar cuando todo va bien, pero como hacerlo cuando nos enfrentamos a
todo lo opuesto. ¿Acaso se puede reír, cuando aún reír duele? Y es que, hay
momentos en la vida en que sólo la intervención divina nos puede devolver la
esperanza y el deseo de vivir. Considerando estas y otras fuertes realidades a
las que como seres humanos nos vemos expuestos me resulta imposible no
mencionar aquel impactante encuentro entre Jesús y sus discípulos, el cuál tomó
lugar inmediatamente después de su resurrección. En este relato, consignado por Lucas
(24:13-32) dos de sus discípulos se dirigían camino a Emaús, envueltos en una
enorme tristeza y un gran pesar a causa de la reciente perdida de su maestro,
el cuál había sido crucificado. Aquel apoyo y luz que recibían de él; en un
momento había sido arrebatado de su lado para siempre. Es precisamente, durante
este episodio de profunda tristeza que Jesús, (después de su resurrección)
acercándose, caminaba y platicaba con ellos, sin que estos -al estar cegados
por el dolor- fueran capaces de reconocerle a pesar de que sus corazones ardían
y clamaban al escuchar la voz de su maestro. No hay duda de que ante ellos
sucedía un acontecimiento trans-dimensional espectacular, al que su mente
afligida no estaba preparada para entender. Irónicamente, la respuesta a su dolor y
angustia estaba justo frente a sus ojos sin que estos la pudieran ver. De aquí nace la siguiente pregunta: ¿Es lo
que vemos, todo lo que hay? O, quizá exista todo un universo y un mar de
posibilidades que por no verlas ¡no dejan de estar allí!
Los
grandes momentos de la vida, se resuelven con la resolución y confianza que se
encuentra en la grandeza de nuestro ser más interno, y no en las emociones que
nos envuelven. Lucas 24:13-32.
En
el antiguo testamente se nos habla de cómo el rey de Siria, estando en guerra
contra Israel, rodeaba con su ejército la ciudad en que se encontraba el
profeta de Dios y su siervo. El siervo, al ver lo que estaba sucediendo, viene
al profeta quien al escuchar esto, ora a Dios para pedir que los ojos de su
criado fuesen abiertos. ¿Acaso, habría contado mal el número de enemigos, su
siervo? O, quizá había algo más que la duda y el temor no le permitían ver. En
efecto, la provisión y respuesta del reino de los cielos estaba presente,
imperceptible a los ojos del hombre que permanecen -por naturaleza- cerrados
ante la sub-realidad material de nuestro espacio temporal.
2
Reyes 6.14Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran
ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad. 15Y se
levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército
que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su
criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? 16El le dijo: No
tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con
ellos. 17Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus
ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí
que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor
de Eliseo.
El
temor y la inseguridad son dos de las más destructivas armas que podemos
enfrentar en nuestro caminar. Ignorar su
poder, e intentar escapar sin tener las armas de luz necesarias -para lograr
que lo imposible suceda- sólo hará más pesado nuestro dolor. Cuando el
resultado de las cosas pareciera ser el contrario al que esperamos, lo primero
en desestabilizarse será nuestra tranquilidad y estabilidad emocional;
seguidamente, nuestro cuerpo sentirá las consecuencias; teniendo como resultado
de esta dañina combinación, la utilización de múltiples medicamentos por
algunos; y de drogas ilegales por otros. Tornándose esto, en un círculo vicioso
expansivo; que de no ser debidamente intervenido se vuelve sumamente
destructivo y hasta mortal.
¿ Cómo obtener la salud y la felicidad, cuando estas no
se pueden comprar? ¿Cómo escapar, a donde ir cuando pareciera no
haber solución? Para poder responder estas, y otras muchas preguntas que a diario vienen
a nuestra mente nos es necesario comprender el plan divino, y los principios
eternos establecidos
por Dios; principios que solo por su maravillosa gracia y bondadoso
amor ¡nos
son revelados a través de su palabra hoy!
El Plan de Dios Para la Felicidad del Hombre.
Introducción
Para
comenzar en este maravilloso viaje hacia la plenitud divina pensada por Dios
para sus hijos, es de suma importancia que comprendamos a través de este
escrito que toda la estructura revelativa descansa sobre la perfección,
eternidad y poder espiritual que ha sido encapsulado dentro del poderoso “día
séptimo o día de su eterna bendición” ¡día que comenzó, pero que nunca terminó!
Nuestro Señor, como muestra de su sabiduría, nos deja un maravilloso trazo o
camino que nos lleva desde el punto de partida situado en la eternidad de su
creación y la comunión y gloria que imperaba en el huerto del Edén antes de la
caída, hasta el reposo perfecto y bendito destinado en Cristo Jesús a restaurar
la gloria de toda la bendición que un día se escapó de nuestras manos. De
esta forma, Dios ha incluido poderosas referencias que como llaves de luz abren
su tesoro e iluminan el camino hacia el día de su gracia y perfección. Es así como
nos encontramos con: el séptimo día, la séptima semana, la séptima semana multiplicada por siete, el séptimo año, el séptimo año multiplicado por siete o gran
jubileo o día del perdón, de la sanidad ¡de la salvación y la liberación! En él reposo se cumple a cabalidad las setenta semanas de las que habló el
ángel Gabriel a Daniel, y en el entendemos el perdón perfecto; aquel que por
ser otorgado setenta veces siete, viene a ser un perdón infinito o eterno.
Daniel 9.24Setenta semanas están
determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para …poner fin al
pecado, …para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía.
Mateo
18. 21Entonces
se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que
peque contra mí? ¿Hasta siete? 22Jesús le dijo: No te digo hasta
siete, sino aun hasta setenta veces siete.
En
su palabra, nuestro Señor establece la base bíblica y el mapa o ruta para el
descanso y la felicidad del hombre. Es
sobre esta maravillosa base y su significado de perfección que Dios toca la
séptima trompeta y abre el séptimo y último sello apocalíptico contenido en su
libro para dar fin al drama humano e iniciar una vida nueva y eterna en Cristo Jesús.
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